
MI TIERRA ANTIOQUEÑA
09.05.2013 18:55
¿Y si empezamos este articulo distinto al resto? Salgámonos un poco del molde en el que habitamos y empecemos a observar más detalladamente cada situación que en mi ciudad se vive, veamos que es lo que sucede ahora mismo y el ¿Por qué? De esta situación, ¿será que así estamos bien? O en verdad ¿nos falta?. Comencemos:
Remontémonos a una época más lejana a la nuestra, dirijámonos a 1868 cuando Epifanio Mejía escribió el “Canto al antioqueño” y en el describía no solo el poderío del antioqueño, sino la bendición de este al tener una tierra tan hermosa, grande y fértil. se hablaba de un hombre verdaderamente valiente y dispuesto a luchar por la libertad suya y la de sus semejantes. ¿Será que el antioqueño del que habló Epifanio es el mismo que ahora habita en esta ciudad? No se puede generalizar puesto que sería una falacia de totalidad según Luis E. García Restrepo (Elementos de lógica) pero, sí nos atrevemos a decir que los buenos somos más y que los malos menos, pero aumentando. Lastimosamente es que gran parte del hombre antioqueño dejo de luchar por su hermano y aún más triste es que dejo de perseguir el ideal de LIBERTAD y ESPERANZA común, para simplemente perseguirla particularmente.
Para nadie es un secreto que nos hace falta mucho para poder dormir con las puertas de las casas sin cerrojo y abiertas totalmente, sabemos que nos falta para caminar por las calles tranquilos y sobre todo entendemos que nos falta mucho para tener toda la confianza y tener la tranquilidad de poder poner las manos en el fuego por quienes nos dirigen; queremos todo esto pero, ¿qué hacemos los Antiqueños de Epifanio para mejorar esto? En cuanto a la delincuencia común nos quedamos callados, puesto que si el robo no me afecto a mí, es mejor quedarse callado y evitar problemas, en cuanto a los dirigentes que están felices en su pedestal, ni se diga, puesto que no podemos ser más ignorantes porque no nos da más la cabeza, ya que elección tras elección elegimos al mismo prototipo de político que habla mucho y poco hace cuando ya está en el cargo que quería conseguir; ahora ni hablar de la mendicidad en la que viven más de nuestros hermanos antioqueños, pero sigue estando la misma pregunta, ¿qué hacemos por ellos?.
Según la alcaldía de Medellín mas de 3800 personas son habitantes de calle de los cuales la primera causa para llegar allí es el consumo de drogas pero, más preocupante aun es que esta causa primera es consecuencia de una falta de acompañamiento de los familiares y malas amistades que reemplazan de manera inadecuada las figuras paternales existentes en la teoría pero muertas en la práctica del rol que les corresponde.
Qué triste ver llegar abogados, médicos, profesores, empresarios, padres, hijos, esposos y hermanos a esta situación pero algo que verdaderamente debería romper el corazón al antioqueño que con sentimiento siente palpitar a su ciudad, es la indiferencia de muchos al ver estas personas pasando por situaciones tan difíciles.
En este momento pensare como Patch Adams, “si lucharemos contra un mal que sea contra la indiferencia”, todas esas personas que están allí no son solo un numero y mucho menos indigentes (ellos SI son gente), son hombres, mujeres y niños que requieren de ayuda psicológica y física, solo recordemos que nuestro deber no es de evitarles la muerte pero, si es el de mejorarles la vida. Cuando se trata al mal, se gana o se pierde y ¿qué tal si intentamos tratando al individuo? Allí no habrá una mínima posibilidad de pérdida.
Un día Alejandro magno encontró a Diógenes buscando en entre cadáveres algo y este le pregunto: “¿Qué tanto haces allí?” a lo que Diógenes contesta: “busco la diferencia de los huesos de tu padre y los de tus esclavos”.
El día que comprendamos que esos habitantes de calle son iguales a nosotros, ese día cambiaran radicalmente las cosas en esta ciudad y tal vez afirmemos con sinceridad lo que una vez dijo Epifanio Mejia:
Yo nací altivo y libre
Sobre una sierra antioqueña,
yo llevo el hierro entre la manos
Porque en el cuello me pesa.
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