
DABEIBA.
12.07.2013 22:39Los antepasados de los Catios tuvieron la fortuna de vivir en tiempos de una titánica mujer, esbelta, con atributos providenciales y con sabiduría cercana a la de sus dioses. Está gran mujer, les enseño a labrar los terrenos, a construir habitaciones y pueblos, a fabricar tejidos, a mantener económicamente el hogar; y cuando la obra de la civilización estuvo ya iniciada y propia para ser continuada por el hombre, este ser casi perfecto subió a lo más empinado del Cerro León, en donde, se despidió de la tierra, se elevó airosamente al cielo y desapareció. Es ella la que con su inmenso poder los protege de los grandes fenómenos naturales. Como la lluvia, el granizo, el trueno, el rayo, los huracanes, las borrascas y los terremotos.
Siglos más tarde llega el hombre blanco a reclamar como suya una tierra que no fue labrada por ellos, unos hogares que no construyeron ellos y destruyendo casi por completo una cultura que por supuesto no les pertenecía.
Estos indígenas casi extirpados creyeron ver el final de sus penas cuando gritaron “INDEPENDENCIA!!” o un siglo más tarde cuando los declararon “PATRIMONIO DE LA NACION” pero, solo fueron deseos nunca satisfechos.
Ahora son una comunidad muy dividida por la distancia y muy unida por los deseos que comparten.(tener suficientes oportunidades de ingreso, una casa digna, una educación de calidad, justicia social.) estos Catios de los que hablo viven al occidente de Antioquia, tienen un lugar en el mapa pero unos ocupan la orilla de las carreteras y otros lugares muy adentro en el monte, puesto que el metro cuadrado que les fue “otorgado” se lleno pero no de riquezas y bendiciones, sino de agua, de esa misma agua que la diosa Dabeiba juro protegerles y San Presidente que prometio proporcionar recursos para que esto no pasara.
Pero esto no me hierve tanto la sangre, me la hierve mas el saber que una educación que es universal se dicte para ellos en una escuela de lata, que se calienta como una paila y al salir a Recreo dos columpios y un barrizal reciben a casi 300 niños. Mientras tanto, en frente se encuentra una imponente escuela, esta sí con todas las de la ley, zonas verdes y suficientes juegos para todos… para todos los niños BLANCOS, o “caponias” como dirían nuestros hermanos embera.
que ironía, no? Unos aprenden en sillas, otros en el suelo. Unos juegan en lodo y otros en bonitos laureles. Unos visten uniformes y los otros lo que les tape sus partes.
Pero la esperanza eleva los corazones y el alma. pero ahora esa esperanza ya esta puesta en las en un amigo misionero que busco mas personas que quieren ayudarlos y no en santos presidentes o en la bella Dabeiba pues para nadie es un secreto que hasta estos se olvidaron de ellos.
—————